El secado del maíz es un proceso simple pero no carente de ciertos puntos muy importantes que hay que llevar a cabo para realizar correctamente la actividad.
Primeramente, el maíz llega a nuestras instalaciones donde se coge una muestra directamente del camión de la que medimos humedad, peso específico e impurezas.
El maiz a continuación se descarga en la playa de espera antes de su introducción en la piquera que da acceso a todo el ciclo de secado.
Antes de pasar por el secadero, el maiz atraviesa una pre-limpia donde se elimina del flujo del maiz restos de hojas, zuros, semillas de malas hierbas y otras impurezas.
Lo siguiente es el paso del grano a través del secadero, donde cae por gravedad y a su vez la columna de grano se ve atravesada por una corriente de aire caliente ascendente, que previamente es calentado en el horno. Este aire caliente en contacto con el maíz produce la deshidratación del grano hasta la humedad adecuada, escapando este aire ya con menor temperatura y mezclado con el vapor de agua originado de la extracción de dicha humedad.
De este punto el flujo de grano vuelve a pasar por una limpia donde se elimina polvo, granos rotos y otras impurezas que resten calidad al grano almacenado, así como posibles problemas que se pueden originar en el almacenamiento, ya que todas estas partículas pueden funcionar de forma higroscópica adsorbiendo humedad ambiental y creando puntos de humedad en el montón, con los problemas que conlleva.
Antes de su almacenamiento, el grano pasa a través del silo de enfriamiento, en el que se somete al grano a una columna de aire frío ascendete impulsada por unos potentes ventiladores, con lo que conseguimos bajar la temperatura del grano hasta un nivel adecuado para su almacenamiento. Este paso es clave , ya que si el grano sigue caliente en su almacenamiento, se pueden originar bolsas de humedad en el montón depreciándose la calidad del grano, incluso llegándose a perder.
Por ultimo este grano ya deshidratado, limpio y a una temperatura adecuada se almacena en nuestras naves o silos de almacenamiento. Todas nuestras instalaciones antes de proceder al secado del maiz son tratadas con insecticidas para lograr desde el principio un ambiente limpio de las plagas comunes del grano, y este tratamiento es repetido una vez que el grano está almacenado.
De forma periódica se analiza la humedad y temperatura así como otros parámetros como dioxinas presentes u otras toxinas para saber perfectamente el estado de nuestro maíz y tener la certeza de que ofrecemos a nuestros clientes un producto de primera calidad.