Campo de trigo espigando

Campo de trigo sin una amapola

 

Todos conocemos la amapola ( Papaver rhoeas ) la fuerte competencia que puede ejercer sobre nuestros cultivos y las dificultades que se están encontrando ultimamente para su óptimo control. Lo que quizá no sepamos es el porque del éxito de esta mala hierba en su camino para hacernos la vida un poco más «interesante».

En la revista Tierras Agricultura en su número 220 aparece un artículo redactado por Jordi Rey Caballero, Joel Torra Farre y Jordi Recasens Guinjuan ( del que recomiendo a ojos cerrados su libro » Malas hierbas en plántula: Guía de identificación. ) en el que nos comentan algunos factores biólógicos sobre esta hierba y los problemas que se encuentran en su control por aparición de resistencias a algunas materias activas y posibles métodos de control alternativos a los habituales.

Vamos a comentar agunas de estas pequeñas curiosidades:

  • Una alta fecundidad: Sabías que una sola planta puede llegar a producir más de 40000 semillas.
  • Elevada persistencia del banco de semillas: Aunque siempre los técnicos solemos poner el ejemplo de la avena «loca» y sus 20 de años de persistencia en el suelo con posibilidad de germinar, no hay que menospreciar los 8 años que la papaver puede estar en el terreno con capacidad de germinación. Esta viabilidad  va a depender fundamentalmente de la profundidad a la que está enterrada, variando del 61 al 99%.
  • Plasticidad germinativa: La semilla producida puede germinar a los 4 meses de ser producida. Gracias a esta cualidad la amapola tiene la cualidad ( o desventaja ) de tener una nascéncia tan escalonada.
  • Y por ultimo, la gran capacidad de competencia que tiene con el cereal, de hasta un 36%.

Todos estos factores nos hacen entender un poco más el porque del éxito de esta mala hierba en nuestros campos de cereal y nos plantea la manera de poder combatirla un poco mejor.

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